El impacto económico ya se nota en la caja de los negocios hosteleros que han tenido la suerte de poder abrir en la calle Estébanes de Zaragoza . “Con el tiempo que ha hecho, que estamos a primeros de mes y en pleno fin de semana, hemos perdido un 80 % de lo que habríamos facturado normalmente. No hay comparación posible”, confiesan resignados desde Casa Buisán, local abierto a medio gas junto con Bodegas Almau.
“Las terrazas están todas cerradas, pero El Plata está cerrado, la Terraza Libertad ya la habían cerrado, Kenbo está cerrado… Casa Buisán también está abierta, pero sin terraza” , explican desde Bodegas Almau, otro negocio que intenta resistir tras el desprendimiento.
Los negocios afectados por el riesgo de derrumbe de un edificio en la calle Estébanes se van a ver afectados

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