En el muro que rodea las instalaciones de Altos Hornos de México (AHMSA) se alzan más de 30 cruces blancas . A simple vista parecen parte de la conmemoración del Día de Muertos, pero en realidad representan algo más profundo: la memoria de los obreros que fallecieron sin recibir su liquidación, tras el colapso económico de la empresa que alguna vez fue el motor industrial de esta región. Son símbolos de una deuda que no solo es monetaria, sino moral, con quienes dedicaron su vida a la siderúrgica y se fueron esperando justicia.
Cada cruz lleva el peso de una historia truncada. Son los nombres de hombres que entregaron décadas a la empresa, y que desde el 2021 —año en que se dejaron de pagar finiquitos— comenzaron a formar parte de una lista de espera que nunca terminó. En 2022, co

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