Cuando la trabajadora social Jeanne Butler vio entrar a Dorothy Irene Oglesby , una mujer con renguera, acompañada de una niña, notó de inmediato que algo no estaba bien. Su experiencia le permitió advertir que la pequeña era muy pálida, delgada, apenas se movía, tenía los brazos pegados al pecho como si estuviera herida y usaba algo similar a un pañal.
No hablaba, no miraba y parecía no percibir el mundo a su alrededor. Dorothy, madre de la niña y afectada por una catarata avanzada que ya le causaba una discapacidad visual, había ingresado por error a la oficina de Butler mientras buscaba asistencia económica para operarse. Esa confusión permitió revelar el horror detrás de uno de los casos más graves de maltrato infantil del siglo XX.
Conocido como el caso de Genie Wiley —nomb

Infobae

LA NUEVA MAÑANA
Uno Santa Fe Policiales
Context Tucuman
Diario Uno
EL SOL AR
Diario Panorama Policiales
LA VOZ DEL CHACO
ABC 7 Chicago Politics