Por Julián Cárdenas Correa
Todos sabemos que es cierto que, a Gustavo Petro, como a la mayoría de los integrantes de la izquierda, les gusta más eso que se denomina socialismo de caviar, que la vida de obrero. No es mentira que a Petro y a su familia les ha gustado vivir en casas de varios miles de millones de pesos, viajar por el Mediterráneo, estudiar en colegios y universidades europeas y, lo más obvio, codearse con dictadores, eso sí, de izquierda, porque presidentes reconocidos y elegidos democráticamente, no son de sus simpatías.
¿Cómo se llama esto? Falta de coherencia.
Falta de coherencia evidente también fue la de Marx y la de Rosa Luxemburgo, líderes inspiradores para el socialismo y el progresismo, que nunca pisaron como obreros una fábrica, no vivieron la vida del proletaria

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