Tras cruzar la meta y proclamarse campeona del mundo en la pista de ciclismo en Chile, Yareli Acevedo no se detuvo. Con el corazón desbordado, dio un par de vueltas más al velódromo, dejando que la emoción la envolviera. Gritó, lloró y permitió que el peso de los años de sacrificio, presión y entrega, se transformara en lágrimas de orgullo.

Fue un momento inolvidable para la estudiante de contaduría y administración en la UNAM, quien recordó que ese triunfo representaba mucho más que una medalla, era la confirmación de que todo esfuerzo había valido la pena.

“Al terminar la competencia, volteé a ver la tabla de puntos. Sabía que era una medalla mundial. Ver mi nombre ahí me generó muchas emociones. Grité mucho y vino un flash de toda esa montaña de momentos en los que la vida me puso a p

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