La advertencia que lanzó Elon Musk en 2024 sobre una posible “sequía energética” que podría detener el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ya no suena tan lejana. Esta semana, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, reconoció que comparte la preocupación del magnate de Tesla y SpaceX, al señalar que el suministro eléctrico se perfila como el mayor desafío para sostener el ritmo de crecimiento de la IA a escala global.

Ambos líderes coinciden en que el problema ya no es la escasez de chips, sino la falta de energía suficiente para alimentar los gigantescos centros de datos que entrenan y ejecutan modelos de lenguaje y sistemas de cómputo avanzados.

Durante un reciente foro tecnológico, Nadella advirtió que el consumo energético asociado a la IA crece a un ritmo superior al de la exp

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