Fermín López es uno de los pocos jugadores del Barça que se han salvado de las críticas tan destructivas de las últimas semanas. Siempre ha cumplido cuando ha estado en el terreno de juego, y no se le puede reprochar absolutamente nada. Se esfuerza al máximo, y no se cansa de correr detrás del balón, y de presionar al rival. Y cuando recibe la pelota, marca las diferencias con su facilidad para ver portería, y para asistir a sus compañeros.

En el Clásico dio esperanza al equipo azulgrana con una nueva diana, y en el empate en Bélgica, se encargó de dar dos pases de gol decisivos a Ferran Torres y a Lamine Yamal. Se ha afianzado como uno de los intocables para Hans-Dieter Flick, y por fin se puede considerar que es titular indiscutible en el Camp Nou. Y esto también le ha permitido

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