En una noche que quedará grabada para siempre en la historia del fútbol mendocino, Independiente Rivadavia se consagró campeón de la Copa Argentina tras vencer por penales a Argentinos Juniors en el Monumental de Alta Córdoba.

Lo hizo con el corazón en la mano: jugó con nueve hombres, perdió a su arquero Centurión por lesión, empató de manera increíble en el último suspiro y lo terminó ganando desde los doce pasos.

El gol llegó temprano, a los 9 minutos del primer tiempo. Un centro llovido al área encontró a Álex Arce , que aprovechó un fallo de “Chiquito” Romero para abrir el marcador y desatar la locura de los hinchas mendocinos que coparon una de las cabeceras.

El conjunto de Alfredo Berti golpeó primero y ahora defiende la ventaja con orden y sacrificio ante un Argentinos

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