Filipinas vive una de las peores tragedias naturales de los últimos años. El tifón “Kalmaegi”, conocido localmente como Tino, dejó una estela de destrucción y muerte a su paso por el centro del país, en donde al menos 114 personas murieron y otras 127 siguen desaparecidas, según el Consejo Nacional de Reducción y Manejo de Riesgos de Desastres (NDRRMC).

La provincia de Cebú fue la más golpeada por la tormenta, con comunidades enteras arrasadas, viviendas reducidas a escombros, vehículos volcados y calles cubiertas de lodo. Más de 2 millones de personas han resultado afectadas por los daños materiales y la falta de servicios básicos como electricidad, agua potable y transporte.

Mely Saberon, una de las damnificadas, relató entre lágrimas:“Lo hemos perdido todo. No tenemos hogar, ni comida

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