EDUARDO RUIZ-HEALY

La senadora panista Lilly Téllez pidió antier “una guerra con toda la fuerza del Estado” contra los cárteles y acusó a la presidenta Claudia Sheinbaum de haberlos dejado crecer. Su grito resonó porque expresa la frustración de millones de mexicanos que ya no soportan la impunidad ni el miedo.

Pero convertir esa rabia en política pública es otra cosa: México ya libró esa guerra y la perdió. Detrás de su exigencia no sólo hay indignación, también cálculo político. Desde hace meses, Téllez presenta al Gobierno y a Morena como cómplices del crimen organizado. Su discurso busca movilizar a un electorado hastiado, posicionarla como voz dura de la oposición y presionar al Ejecutivo para mostrar fuerza.

La retórica de la guerra vende: Proyecta liderazgo, orden y valentía. Per

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