Cuando se cumplían casi 24 horas desde que la impresionante tromba de agua anegase Cáceres , la calle Túnez presentaba un aspecto aparentemente normal. La gran diferencia con un día de diario es que había muchos menos coches aparcados en el centro de la vía. Y, cuando alguien se adentraba en ella, rápidamente se podía denotar el olor a cieno. Son las principales consecuencias meteorológicas de un fenómeno al que la ciudad no está acostumbrada. No es normal ver una calle inundada por completo y gente hundida hasta la cadera para intentar ayudar. Tampoco lo es tener que limpiar en tiempo récord locales para intentar regresar a la normalidad. Así, todavía a la espera de que las aseguradores cuantifiquen los daños materiales , el sector empresarial de la calle Túnez está ultimando la r

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