Cuando el agujero en la capa de ozono comenzó a cerrarse , la humanidad empezó a respirar más aliviada, pero ahora un nuevo riesgo podría estar formándose justo en la misma capa que se está protegiendo con el Protocolo de Montreal desde 1987.

Un estudio liderado por Leonard Schulz, de la Universidad Técnica de Braunschweig, advierte que los metales liberados por satélites al desintegrarse en la atmósfera podrían alterar los procesos químicos que regulan el equilibrio del ozono y la temperatura del planeta.

El informe apunta a las megaconstelaciones de satélites, un modelo impulsado por empresas privadas como SpaceX, de Elon Musk , con su red Starlink, que ya supera los 6.000 satélites en órbita baja. Cada uno de estos dispositivos tiene una vida útil de apenas cinco años y está d

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