El estrés crónico se ha convertido en el gran mal silencioso de nuestra época. Millones de personas conviven diariamente con síntomas que atribuyen a la presión laboral, problemas personales o simplemente “los nervios”, sin sospechar que detrás de ese cansancio extremo, la ansiedad persistente o los problemas de sueño podría esconderse un desequilibrio hormonal concreto.
El cortisol, conocido como la hormona del estrés, regula funciones vitales del organismo, y cuando sus niveles se descontrolan —ya sea por exceso o por defecto— puede desencadenar una cascada de problemas de salud que van mucho más allá del agotamiento emocional.
Cuando sientes que el mundo se te cae encima, que no puedes más, que cada día es una batalla cuesta arriba, lo más común es pensar que simplemente estás atraves

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