Las croquetas son uno de esos platos que despiertan recuerdos y apetitos por igual. Doradas, crujientes y con un interior suave que casi se derrite, representan a la perfección la esencia de la cocina casera española . En esta receta inspirada en el estilo cercano y práctico de Karlos Arguiñano, aprenderás a preparar unas croquetas de pollo con una textura cremosa y un sabor intenso, ideales para aprovechar restos de carne o simplemente disfrutar de un clásico que nunca falla.

Arguiñano siempre ha defendido que la buena cocina parte de ingredientes sencillos y cariño al elaborarlos. Siguiendo este espíritu, te proponemos una versión de sus croquetas de pollo que combina una bechamel suave con un rebozado crujiente y ligero. Con unos pocos trucos, conseguirás unas croquetas que se mantienen firmes al freír y que sorprenden por su sabor casero y su aroma irresistible.

Ingredientes

Para la masa de croquetas:

  • 250 g de pollo cocido o asado, desmenuzado
  • 1 cebolla mediana
  • 60 g de mantequilla
  • 60 g de harina de trigo
  • 600 ml de leche entera
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal al gusto
  • Pimienta blanca molida (opcional)
  • Nuez moscada (opcional)
  • Para el rebozado y fritura:

    • 2 huevos
    • Pan rallado
    • Harina (para rebozar)
    • Aceite de oliva suave para freír

    Modo de preparación

    1. Preparar la base
      Pica la cebolla muy fina y ponla a pochar en una sartén amplia con la mantequilla y el aceite de oliva. Cocina a fuego medio hasta que quede transparente, sin que llegue a dorarse. Añade el pollo desmenuzado y rehoga unos minutos para que tome sabor. Si lo deseas, incorpora una pizca de pimienta blanca o nuez moscada para realzar el aroma. Receta de croquetas
    2. Elaborar la bechamel
      Espolvorea la harina sobre la mezcla y remueve bien durante un par de minutos. Este paso evita que la masa tenga gusto a harina cruda. A continuación, añade la leche poco a poco, sin dejar de mover con una varilla o cuchara de madera. Cocina a fuego medio hasta obtener una masa espesa y lisa que se despegue con facilidad de las paredes de la sartén.
    3. Reposar la masa
      Pasa la mezcla a una fuente llana y cúbrela con papel film , procurando que el plástico quede pegado a la superficie para evitar que se forme costra. Deja enfriar primero a temperatura ambiente y después en el frigorífico durante al menos cuatro horas. Si puedes dejarla reposar toda la noche, el resultado será aún mejor.
    4. Formar las croquetas
      Con la masa bien fría, toma porciones del tamaño de una cucharada y dales forma alargada o redonda . Pásalas por harina, huevo batido y pan rallado. Si prefieres un rebozado más grueso, repite los dos últimos pasos.
    5. Freír y escurrir
      Calienta abundante aceite en una sartén profunda o freidora hasta alcanzar unos 175 grados. Fríe las croquetas por tandas para que no se baje la temperatura del aceite. Dóralas durante unos tres minutos por cada lado hasta que estén crujientes y de color dorado. Sácalas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente.

    Si quieres tenerlas siempre a mano, congélalas antes de freírlas. Solo tendrás que sacarlas unos minutos antes de cocinarlas y quedarán igual de sabrosas. El secreto está en cocinar con paciencia y disfrutar del proceso, porque una buena croqueta, como diría el propio Arguiñano, se hace con tiempo y con alegría.

    Información suplementaria

    Tiempo de preparación: 1 hora (más reposo)
    Porciones: 20 a 25 croquetas
    Información nutricional: 180 kcal por unidad aproximadamente
    Tipo de cocina: Española tradicional
    Tipo de comida: Aperitivo o plato principal