El acoso entre estudiantes ya no ocurre únicamente en patios y pasillos: se ha trasladado con fuerza a las redes sociales y otras plataformas digitales. La masificación de los teléfonos inteligentes y el acceso generalizado a internet han facilitado que episodios de humillación, insultos y difamación se propaguen fuera del colegio y alcancen a audiencias mucho más numerosas en muy poco tiempo.

Hoy, además, el uso de la inteligencia artificial abre nuevas puertas para los agresores: permiten crear imágenes, audios o videos falsos que amplifican la exposición y el daño a las víctimas. Estas prácticas hacen que el ciberacoso sea más difícil de controlar y eliminen la posibilidad de que lo sucedido quede solo en el ámbito escolar.

Utilización de IA en el acoso

Sobre este fenómeno, Ví

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