Estamos acostumbrados a expresarnos respecto de la confianza que nos inspiran las personas, ya sea en nuestras relaciones personales o en referencia a personas públicas. Pero ¿De qué hablamos cuando hablamos de “confianza” en una institución? Hablar de confianza o desconfianza en/hacia las instituciones supone principalmente dos cuestiones. En primer lugar, la confianza remite a la credibilidad . Remite a la creencia -o el descrédito- en los diagnósticos, soluciones y sobre todo, en las promesas de las instituciones. En segundo lugar, en un sentido más inmediato y cotidiano, hablar de confianza es hablar de cierta predisposición (o no) a recurrir a las instituciones para resolver distintos tipos de problemas, demandas y conflictos.

En un tiempo de ajuste y desfinanciamiento del Estad

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