Casi 150 años antes de que la película ‘ Frozen ’ hiciera del hielo una marca global, Hans Christian Andersen ya abordó esta metáfora entre la razón y el corazón en 1844. Lo hizo con ‘La Reina de las Nieves’ , uno de los relatos más extensos y complejos de su prolífica obra de cuentos infantiles dirigidos también a los adultos. La gélida reina no es una villana convencional, sino la encarnación de la frialdad emocional y la desconexión del alma humana . Frente a ella, la niña Gelda -valiente, amorosa, empática e indómita- representa la pureza y la fe a través del amor como única salvación .

El 9 de noviembre, Rambleta acogerá una nueva adaptación de este clásico eterno que en esta ocasión cuenta con la dirección y dramaturgia de Triana Lorite . Su versión, que combina teatro

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