Mi forma de gobernar es propia y las decisiones que tomo también.

Claudia Sheinbaum Pardo.

Quizás López Obrador sea consciente, aunque nunca lo vaya a aceptar, del daño que sus irresponsables decisiones han hecho al país en diferentes —y trascendentes— rubros. Seguramente esto no lo acongoja pues piensa que lo positivo y lo fundamental se logró, por más que el costo haya sido altísimo: las grandes transformaciones no pueden llevarse a cabo sin daños colaterales.

El designar como sucesora a Claudia Sheinbaum —como hacían los priistas comunes en el siglo pasado: mediante el dedazo (aunque éste quisiera disfrazarse de proceso democrático)—, estaba respaldado por un análisis, no solo en términos ideológicos y políticos sino también respecto de las capacidades que su entonces candidata había

See Full Page