El gran asombro que me impactó hace unos años, y que ha permanecido como una preciosa lámpara para la percepción de la realidad, es cuando leí un pensamiento revelador que comparto a continuación:
“LA CONSERVACIÓN DEL SI ES UNA FORMA PATOLÓGICA DE LA VIDA, según Kurt Goldstein, quien dice que la observación de los enfermos muestra que la simple conservación es un signo de vida anormal, de vida en decadencia.” (Serge Raynaud de la Ferrière, Los Propósitos Psicológicos,1956)
Me llamó particularmente la atención puesto que en general pensamos y sentimos que el esfuerzo de conservar la vida es el valor supremo de la humanidad y que, por ello, orienta obsesivamente todas sus energías a la consecución de este “valor” creándose “espacios protegidos” o “refugios” denominados: “trabajo estable”,

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