El papa León XIV ha comenzado a encontrar su lugar en el Vaticano, seis meses después de su elección. Su respuesta a la pregunta del rey Carlos III sobre las cámaras de televisión que documentaban su visita al Vaticano fue simple: “Uno se acostumbra”. Este comentario refleja cómo el nuevo pontífice se ha adaptado a su rol. Desde su elección en mayo, León ha delineado sus prioridades, mostrando continuidad con su predecesor, el papa Francisco, en temas de justicia social. En su primer documento doctrinal, publicado el mes pasado, reafirmó la “opción preferencial por los pobres”, criticando la burbuja de lujo en la que viven los ricos mientras los pobres sufren. Además, ha apoyado el legado ecologista de Francisco, incluyendo un ambicioso plan para convertir una propiedad del Vaticano en una granja solar. León también ha priorizado a las personas marginadas, repitiendo el mensaje de Francisco sobre la necesidad de tierra, techo y trabajo. Durante una audiencia con grupos indígenas, afirmó: “La tierra, la vivienda y el trabajo son derechos sagrados. Vale la pena luchar por ellos”. En cuanto a su estilo, León ha optado por una imagen más tradicional, vistiendo la capa roja y la estola bordada, lo que ha resonado positivamente entre los conservadores católicos. Patrick Reilly, de la Sociedad Cardenal Newman, expresó su satisfacción con la “madurez, disciplina y tradición” que ha traído al papado. León ha permitido la celebración de misas en latín, lo que ha reavivado el debate sobre la liturgia en la Iglesia. A diferencia de Francisco, quien había restringido estas prácticas, León ha mostrado disposición para dialogar con los tradicionalistas. A pesar de su continuidad con Francisco, León ha tomado decisiones que marcan su propio camino. Revocó una ley de 2022 que concentraba el poder financiero en el banco del Vaticano, permitiendo que el comité de inversiones busque opciones fuera del Vaticano. También se ha reunido con activistas de abusos sexuales, comprometiéndose a dialogar sobre políticas de tolerancia cero. En su vida personal, León ha adoptado una rutina diferente, pasando tiempo en la casa de campo papal en Castel Gandolfo. Ha comenzado a interactuar más con la prensa, respondiendo preguntas sobre diversos temas, desde el alto el fuego en Gaza hasta la inmigración en Chicago. Aunque sus primeras respuestas fueron tímidas, ha comenzado a mostrar más confianza en sus interacciones. Con su estilo y decisiones, León XIV está marcando un nuevo capítulo en el papado, mientras continúa la labor de su predecesor en la defensa de los más necesitados y el cuidado del medio ambiente.