En el siglo II d. C., el Imperio romano, con 55 millones de habitantes, ocupaba desde la actual Gran Bretaña hasta Egipto y Siria, un enorme territorio que estaba conectado por una vasta red de calzadas que fueron esenciales para abastecer las ciudades, trasladar las tropas y sostener el imperio.

Hasta ahora, sin embargo, muchas de estas vías no habían sido cartografiadas o digitalizadas -o lo estaban en baja resolución-, lo que impedía tener una imagen completa del sistema de carreteras romano.

Tras más de cinco años de trabajo, un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, ha reunido y digitalizado en alta resolución el trazado de todas las vías romanas y las ha publicado en un único mapa abierto

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