En el tercer piso del Museo Nacional, en la sala 15, una escultura de bronce sin cabeza se impone en silencio ante quienes se detienen frente a ella. Es la estatua descabezada de José Ignacio de Márquez, antiguo presidente de la Nueva Granada, una pieza que sobrevivió a dos incendios: el del primer Palacio de Justicia durante el Bogotazo —ubicado en la carrera 6 con calle 11— y el incendio del Palacio de Justicia en 1985 —el imponente edificio de la Plaza de Bolívar—. Su historia, atravesada por la violencia y el olvido, resume la fragilidad de la memoria que el país aún intenta reconstruir.

Esa escultura llegó al Museo Nacional en 1998, junto con otros objetos que fueron rescatados de los sótanos del Palacio. “Los objetos que tiene el Museo relacionados con la toma del Palacio de Justi

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