Un juez de control ha vinculado a proceso a Uriel "N" por el delito de abuso sexual, dictando prisión preventiva. Esta medida cautelar se relaciona específicamente con el caso de una joven de 25 años que fue atacada el mismo día en que la presidenta Claudia Sheinbaum también sufrió un incidente similar. Uriel "N" permanecerá en prisión preventiva justificada en el Reclusorio Norte, mientras se llevan a cabo las investigaciones complementarias, que tienen un plazo de un mes.

Las autoridades de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informaron que Uriel "N" fue detenido el 4 de noviembre, tras el llamado de auxilio de una joven que había sido agredida en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Según las primeras indagatorias, el detenido podría estar vinculado al acoso que sufrió la presidenta Sheinbaum, así como a otro caso de acoso a una mujer no identificada en las calles Bolívar y Tacuba.

El incidente con la presidenta ocurrió el mismo día, cuando se dirigía a un evento en la Secretaría de Educación Pública. Durante su trayecto, Uriel "N" se acercó a ella, la abrazó e intentó besarla en el cuello, realizando un contacto físico no consentido. Una mujer que presenció la situación alertó a los elementos de seguridad, quienes intervinieron para separar al agresor de la mandataria. A pesar de la presencia de los escoltas, Uriel "N" intentó acercarse nuevamente antes de ser contenido.

Las imágenes del incidente, que mostraron el comportamiento alterado del hombre, generaron una fuerte reacción en redes sociales. En el video, se escucha a Uriel "N" pronunciar: "Claudia de América" antes de ser retirado del lugar. Durante la intervención, la presidenta Sheinbaum dijo: "Nos tomamos la foto, no te preocupes", mientras su equipo la protegía y alejaba al individuo.

El acoso a la presidenta provocó la indignación de colectivos feministas y legisladores, quienes exigieron la identificación y sanción del agresor. La bancada de Morena en el Congreso de la Ciudad de México expresó su solidaridad con Sheinbaum, condenando el acto como una manifestación de misoginia y de la cultura machista que persiste en el país. El caso ha puesto de relieve la necesidad de abordar el acoso sexual como un delito grave, sin importar la jerarquía de la víctima o el contexto en que ocurra.