El Partido Popular tiene un problema con la gestión de las expectativas. Esto explica buena parte de esa sensación de «pues vaya una chufa» que ha quedado después de conocerse el . Qué tiempos estos en los que un ministro comparece sinceramente ufano («¡satisfecho!») después de que la Guardia Civil ponga negro sobre blanco que es un mentiroso y que despachaba con semejante confianza con los mismos tipos dudosos que dijo no conocer.

Bastó que no hubiera «ni mordidas, ni comisiones, ni pisos en Atocha, ni mujeres explotadas sexualmente» para que la bala se considerase completamente esquivada. El listón empieza a poder saltarse levantando un poquito la pierna. El precedente de Santos Cerdán –meses de especulaciones que cristalizaron en un documento mucho más demoledor de lo que cualqui

See Full Page