El envejecimiento poblacional está transformando el panorama de la inversión y las políticas públicas a nivel global. A medida que la proporción de personas mayores aumenta en relación con la población activa, los Estados se ven obligados a replantear sus estrategias para proteger la economía y garantizar el bienestar social.

Este fenómeno, impulsado por el incremento de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de natalidad, plantea desafíos inéditos y, al mismo tiempo, abre nuevas oportunidades en los mercados financieros y en sectores emergentes.

Según el informe A Silver Lining: The Investment Implications of an Aging World (2024) elaborado por el PGIM Institute, el centro de investigación estratégica, que produce análisis sobre tendencias económicas, demográficas

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