Cada mañana, antes de que el pueblo despierte del todo, alguien levanta una persiana, enciende una luz y da los buenos días.

En esos gestos sencillos se sostiene una red silenciosa que cuida de las personas y de la vida en común .

Porque en los comercios de la Zona Media no solo se venden productos: se comparten conversaciones, se ofrece confianza y se detectan necesidades. “Conocemos a las personas, tenemos la capacidad de acogerlas y de detectar problemas personales que puedan estar padeciendo”, cuenta Ana Ayala, farmacéutica de Rada . “Aquí acuden a preguntar lo que sea con toda la confianza”.

“Vengo aquí como si viniera a mi casa”, dice un cliente de Múgica Informática en Tafalla . No es una frase publicitaria: es un testimonio real que resume el espíritu de Comercios que

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