Tras el asesinato de Eugenia a manos de su pareja en un apartamento del barrio de San José , en Zaragoza el pasado martes 4 de noviembre, la conmoción y la tristeza se sigue respirando en el que era su entorno más cercano . También el laboral. Todos lamentan la muerte de esta mujer de 49 años de edad, que su hija, Karolina, definía como una mujer "alegre y trabajadora desde pequeña" .

Y "alegre" es otro adjetivo que utilizan sus compañeros de trabajo de El Calamar Bravo, el conocido bar ubicado en pleno centro de la capital. El gerente del local, Joaquín Navarro, recuerda que fue en abril de este año cuando Eugenia entró a trabajar "recomendada" por una empleada que actualmente está de baja por embarazo. "Le hice una entrevista y Eugenia me causó una buenísima impresión", explica a

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