Los jubilados en nuestra Región continúan siendo el blanco predilecto de muchos delincuentes, desde hace bastante tiempo.

Entre los asaltantes prevalece la creencia de que pueden encontrar un cuantioso botín entre ahorros, alhajas y celulares.

Y que para conseguir el propósito de despojarlos de sus pertenencias, van a encontrar una nula -o casi nula- resistencia física.

Para colmo, cada vez con mayor frecuencia irrumpen en sus hogares esgrimiendo armas para colmarlos de miedo y que impresionan además por su aspecto: encapuchados, muchas veces con barbijos y guantes de látex.

Fue el caso también padecido por un matrimonio conformado por un hombre y una mujer de 75 años, en su domicilio ubicado en Camino Centenario entre 55 y 56, en la localidad de Villa Elisa.

CARA A CARA CON EL TERROR

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