La nueva derecha emergente en Europa no sólo ha renunciado al liberalismo para convertirse en una opción populista y ultra, también abandona el regionalismo en países como España o Portugal, descuidando sus estructuras locales, con las lógicas consecuencias en el comportamiento de sus votantes.

Las recientes elecciones municipales en Portugal evidencian un descalabro de esa nueva derecha , escenificado por el partido Chega que, a pesar de su éxito en las elecciones legislativas celebradas en mayo, con un sonado sorpasso a los socialistas en número de escaños, cinco meses después ha perdido 11 puntos de representación electoral, pasando del 22,6% al 11,8% en las elecciones municipales.

La explicación a este fenómeno requiere analizar las distintas variables que han influido en amb

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