Por: Susana Iglesias 07/11/2025 13:00:00
Sentí cómo se arremolinaban en la Casa del Lago, septiembre 2 de 2017. Ignorábamos que días después un temblor acariciaría con golpes letales nuestra ciudad. Los vi agolparse como en un establo, cierta fauna oscura, nos rebasaba la secta jipi apestosa, rucos, jóvenes y hasta bebés. Personas con arrugas y mentes de quince años, personas sin arrugas con mentes viejas. Casi todos / todas luchaban por tocar a Patti Smith, por conseguir una firma en un pedazo de papel. Ridículo ver a esas personas bobaliconas con un libro en las manos, el sueño mexamericano mutante convertido en una farsa macabra. Pedirle a la gentrificadora involuntaria del punk que te autografíe un libro es como invocar a Hunter S. Thompson para que te firme su nota de suicidio:

La Razón de México

AlterNet
The Daily Beast