NUEVA ORLEÁNS (AP) — A Sarah Lungwitz le ha preocupado poder alimentar no solo a sus dos hijas adolescentes debido a la disrupción en los pagos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), sino también al gato y dos perros de la familia.
La ayuda ha llegado por ahora, dice, gracias a que una organización sin fines de lucro de Illinois coordinó con voluntarios el entregarle una tarjeta de regalo para compra de alimentos la semana pasada, para que pudiera adquirir comida para ella y sus mascotas. Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos crecientes para ayudar a los dueños de mascotas que pasan por dificultades económicas a estirar su dinero debido a los retrasos en los pagos del SNAP durante el que es ya el cierre del gobierno más largo de la historia.
“Ni siquiera gano lo suficiente para pagar todas mis facturas, mucho menos para la comida”, dijo Lungwitz, empleada de 46 años de una tienda de autopartes que temía tener que entregar a su gato, Bambi, y a sus dos perros, Spike y Chloe.
El viernes, la Corte Suprema aceptó la apelación de emergencia del gobierno de Trump para bloquear temporalmente una orden judicial que exigía la financiación completa de los pagos del programa SNAP en medio del cierre del gobierno, a pesar de que los residentes de más de media docena de estados ya habían recibido los fondos.
Si bien el SNAP no puede utilizarse para comprar comida para mascotas, este programa de asistencia alimentaria ayuda a las familias de bajos ingresos a disponer de dinero para comprar alimento seco. También es común que los dueños complementen o alimenten por completo a sus animales con comida para humanos comprada con la tarjeta del SNAP, explicó Stephanie Hicks, directora ejecutiva de Care for Pets, la organización sin fines de lucro que ayudó a Lungwitz y a otros, en Rockford, Illinois. Algunos voluntarios acompañaron a dueños de mascotas que tenían dificultades económicas por los pasillos de los supermercados.
El Humane World for Animals (Mundo Humanitario para Animales) —antes conocido como Humane Society of the United States (Sociedad Humanitaria de Estados Unidos)— estima que más de 20 millones de mascotas viven en la pobreza con sus familias. Las presión económica es una de las principales razones por las que los animales son entregados a los refugios, explicó Kirsten Peek, su portavoz.
Aunque aún es demasiado pronto para saber si esto ocurre ahora, varios grupos recolectan alimento para mascotas, ya que a los refugios les preocupa un posible aumento en la cantidad de animales abandonados, dado que el cierre del gobierno también causa que cientos de miles de empleados sean enviados a casa sin goce de sueldo.
“Un aumento en los abandonos de animales siempre es preocupante cuando muchas personas atraviesan dificultades económicas”, agregó Peek.
La preocupación ha llevado a un refugio de Luisiana a considerar desviar fondos de la atención veterinaria hacia comprar alimento para mascotas. Los retrasos en los depósitos del programa SNAP llegan en un momento especialmente inoportuno para la Companion Animal Alliance (Alianza por los Animales de Compañía), en Baton Rouge: el refugio perdió recientemente a un donante, lo que lo obligó a suspender un programa que distribuía alimento para mascotas a unas 200 familias cada mes.
“La gente está excepcionalmente en pánico. No sé cómo describirlo mejor”, reportó Paula Shaw, directora de acceso a la atención del refugio, quien agregó que era tan común que los beneficiarios del programa SNAP le dieran su propia comida a sus mascotas que el refugio proporcionó información sobre alimentos para humanos que los dueños podían agregar a la comida de sus mascotas para que les dure más.
Las ofertas de donación de comida para mascotas y por Venmo —una app de pagos móviles en Estados Unidos— fueron inmediatas después de que la Charley’s Angels Pet Initiative (Iniciativa para Mascotas de los Ángeles de Charley), en Massachusetts, hiciera un llamado en Facebook la semana pasada. “Esperamos, al menos a corto plazo, que habrá un aumento repentino” en la demanda, dijo Kandi Finch, la estilista canina que nombró a su organización sin fines de lucro en honor a una mascota adorada.
Eso es precisamente lo que ha sucedido en New Leash on Life, un refugio en Lebanon, Tennessee, a las afueras de Nashville. El número de familias que utilizan su banco de alimentos para mascotas aumentó a 125 en octubre, en comparación con las 75 a 100 en un mes típico, manifestó Angela Chapman, directora ejecutiva.
“Preferimos ayudarlos con alimento a que tengan que entregar una mascota”, agregó.
En Nueva Orleans, Zeus’ Rescues (Rescates de Zeus) repartió una tonelada de alimento para mascotas en octubre, el doble de lo habitual, informó su fundadora, Michelle Cheramie, quien añadió que esta es la mayor demanda que ha visto en 20 años.
“Te rompe el corazón”, expresó, y agregó que algunas personas están tan desesperadas que abandonan a sus animales en el patio del refugio.
Entre quienes buscaban ayuda el jueves se encontraba Katie Saari, desempleada debido a problemas de salud y con dificultades para conseguir entrevistas para recibir los beneficios del SNAP debido al cierre del gobierno. Sin dinero, necesitaba comida para sus dos perros.
“Son más importantes para mí que yo misma, así que quiero asegurarme de que coman primero”, dijo. “Son mis bebés”.
Conscientes del problema, muchos bancos de alimentos también abastecen sus estantes con comida para mascotas, refirió Kim Buckman, de Feeding Missouri (Alimentar a Missouri), una coalición de bancos de alimentos del estado.
“Sí sabemos que muchas personas alimentan a sus mascotas antes que a ellas mismas”, dijo. “En algunos casos, se trata de su animal de apoyo emocional”.
Ese es el caso de Lungwitz, quien padece trastorno por estrés postraumático y depresión severa. Un psiquiatra le recomendó tener un perro, ya que necesitan pasear. Así fue como terminó con su chihuahua. Su bulldog americano —36 kilos de “puro músculo”— hizo que esta sobreviviente de violencia doméstica se sintiera segura. Expresó que funcionó y le permitió reintegrarse a la comunidad y conseguir un trabajo.
No obstante, la situación económica es tan precaria que a veces recurre a los bancos de alimentos, incluso para obtener donas para el cumpleaños de su hija de 17 años. “Estoy teniendo dificultades”, dijo. ___________________________________
Hollingsworth reportó desde Mission, Kansas.

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