Cada acuerdo tiene su ceremonia. El de Zaplana de 1995 entre PP y Unión Valenciana se cerró en el despacho de un empresario avícola (de ahí su nombre, ‘pacto del pollo’) ante la falta de entendimiento de los partidos. Con más luz se amasó en el Jardí Botànic el pacto que hizo president a Ximo Puig en 2015 , tras largas reuniones donde se podía ver a los socialistas sudar sangre. Aunque también público, muy diferente fue el de PP y Vox en 2023 para investir a Carlos Mazón . La foto que queda de aquel día es la del president sirviendo agua a los negociadores de Vox . Mazón tardó menos en transigir con las exigencias de Vox (salvo que Carlos Flores fuera presidente), de lo que tardó en beberse el vaso .

La historia de este nuevo pacto aún está por escribirse, sobre todo por

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