La creciente ola de violencia contra autoridades locales en México ha encendido los focos rojos del Gobierno y sus agencias de seguridad. El reciente asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, se convirtió en el punto crítico de una trágica racha que ya suma 10 presidentes municipales asesinados en varios estados del país en los últimos 12 meses.

Según los registros oficiales, esta ola de atentados contra ediles inició el 6 de octubre de 2024, con el asesinato de Alejandro Arcos Catalán (PRI), presidente municipal de Chilpancingo, Guerrero. Desde esa fecha, la violencia ha alcanzado a mandatarios locales en Oaxaca, San Luis Potosí, Guerrero y Michoacán.

El caso que ha despertado las alarmas nacionales es el de Carlos Manzo Rodríguez (Independiente), quien fue ejecutado

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