Ya se ha convertido en una idea común que los gobiernos moderados de derecha e izquierda que han mandado en los últimos años en Europa no han sabido dar respuesta a muchos de los problemas de sus ciudadanos. Los oímos decir siempre que hay que facilitar el acceso a la vivienda, evitar las desigualdades sociales, eliminar la burocracia de la Administración o garantizar un mínimo servicio digno del transporte público. Pero las palabras se las lleva el viento y los problemas se eternizan. El malestar que todo ello genera provoca una huida hacia delante de los electores que buscan alternativas frescas al menú que les sirven los partidos tradicionales.

En España vivimos el nacimiento de Ciudadanos y de Podemos como nuevas opciones populistas que aportaban caras y discursos nuevos. Sin embargo,

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