Las autoridades del estado brasileño de Paraná declararon este sábado el estado de calamidad pública tras el paso de un tornado sin precedentes que causó la muerte de seis personas y dejó más de 750 heridas, además de una devastación generalizada en catorce municipios del sur del país, fronterizo con Argentina.

El fenómeno, con vientos de entre 180 y 250 kilómetros por hora, destruyó viviendas, arrancó postes eléctricos y provocó cortes masivos de energía y agua. En la ciudad de Río Bonito do Iguaçu, de unos 13.500 habitantes, el 90 % de las construcciones quedó en ruinas. Equipos de rescate continúan la búsqueda de una persona desaparecida y asisten a cientos de heridos, diez de ellos en estado grave.

“El escenario es de guerra”, describió el subcomandante general del Cuerpo de Bomberos

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