El vehículo en el que viajaba José Aurelio Buitrago Toro dio dos vueltas tras caer de la vía que conduce a la vereda Chupaderos ( Neira, Caldas ), el pasado 2 de noviembre.
Buitrago sufrió unos "golpecitos" por los que prefirió no ir al médico. Hoy cuenta la historia con tono calmado y pausado. Contra su voluntad, se ha acostumbrado a la precariedad en la ruta que lleva al que es su hogar en la vereda desde hace 31 años.
"La carretera lleva dos años mal", denuncia. Asegura que la Alcaldía había prometido repararla en diciembre del 2024, pero eso no se cumplió y vivió la Navidad entre baches, rocas y derrumbes. Recordar esa promesa que no llegó sí logra que alce el tono de voz. "Va a llegar otro diciembre y nada", anticipa.
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