‘Supersanos’ (Editorial HarperCollins) es el primer libro de Manuel Viso , médico especialista en Urgencias y en Hematología, además de divulgador y conferenciante en materia de salud y bienestar. Para el autor de Supersanos, la salud no empieza con grandes propósitos, sino con pequeños gestos conscientes. Reivindica un enfoque más humano, donde la ciencia y la empatía se dan la mano para ayudar a las personas a construir rutinas saludables sin culpas ni imposiciones.
A lo largo de su libro, desmonta mitos, aclara conceptos y ofrece estrategias sencillas para mejorar la alimentación , el descanso, el movimiento y la gestión emocional. Con un lenguaje claro y cercano, invita a sustituir la búsqueda de resultados inmediatos por el placer de cuidarse cada día un poco mejor.
Viso, que combina experiencia profesional y carisma mediático con apariciones en televisión, se posiciona como un experto cercano capaz de transformar salud en conocimiento práctico para todos. El especialista, que tiene un perfil social potente con más de 80.000 seguidores en Instagram y más de 40.000 en TikTok, es entrevistado por OKSALUD con motivo del lanzamiento de su primera obra.
En esta conversación, el médico reflexiona sobre los retos de la salud en la era de la sobreinformación , el papel de la educación desde la infancia y la importancia de crear vínculos y propósitos reales. Porque, como insiste, los cambios sostenibles no se imponen: se aprenden, se disfrutan y se contagian.
PREGUNTA.- ¿Qué le impulsó a escribir ‘Supersanos’ (HarperCollins) y por qué considera que es un buen punto de partida para comenzar el nuevo curso?
RESPUESTA.- Para mí es mucho más que un proyecto profesional: es un acto de complicidad con la sociedad y con mi trabajo diario como médico. Escribí Supersanos con convicción, porque creo de verdad que los buenos hábitos pueden cambiarlo todo: la salud, la energía y la forma de vivir. No vengo a imponer reglas, sino a invitar a la reflexión y recuperar el sentido común, con evidencia y cercanía.
El inicio del curso es un momento clave: queremos re-organizar rutinas, pero el 80-90% de los propósitos se abandonan antes de noviembre. No por falta de voluntad, sino de propósito real. En el libro muestro cómo empezar de pequeño, centrarse en procesos, rodearse de apoyo y usar motivaciones verdaderas. Así, los cambios dejan de ser un castigo y se convierten en un regalo que nos hacemos.
P.- ¿Qué entiende usted por “hábitos que de verdad importan” en materia de salud?
R.- Aquellos con impacto real y demostrado: alimentación equilibrada, actividad física regular, buen descanso, gestión del estrés, evitar tóxicos como el tabaco o el exceso de alcohol y cuidar nuestras relaciones personales. A menudo nos distraemos con dietas de moda o suplementos “milagro” y olvidamos lo esencial.
P.- ¿Cuáles son los mitos más extendidos sobre la vida saludable que desmonta en el libro?
R.- Que los carbohidratos engordan siempre, que la fruta tiene «demasiado» azúcar, que la leche desnatada es más sana que la entera, que hay que beber ocho vasos de agua exactos al día, que los huevos aumentan el colesterol o que las dietas restrictivas son la única forma de perder peso. También cuestiono el mito de los «superalimentos»: ninguno por sí solo es capaz de cubrir todas nuestras necesidades, lo importante es el patrón global de la dieta.
P.- ¿Por qué cree que muchas personas fracasan al intentar adoptar hábitos saludables a largo plazo?
R.- Porque buscan cambios radicales y resultados inmediatos. Al no verlos, se frustran y abandonan. Además, el exceso de información genera confusión. La clave es la constancia: empezar con pasos pequeños y sostenidos, entendiendo que la salud es un proceso continuo, no una meta puntual.
P.- ¿Qué papel tienen el sueño, el estrés y las emociones en el bienestar general, según su enfoque?
R.- Son pilares básicos. Dormir bien es el mejor «medicamento natural». El estrés crónico y la mala gestión emocional dañan el corazón, las defensas y la forma en la que comemos. Muchas veces no comemos por hambre, sino por emociones: ansiedad, aburrimiento, tristeza. Eso genera un círculo vicioso de atracón y culpa.
También insisto en el valor de las relaciones: un abrazo largo o una conversación sincera liberan oxitocina, que reduce el cortisol y protege nuestra salud. Igual que entrenamos los músculos, podemos entrenar vínculos y gratitud: son medicina natural.
P.- ¿Qué importancia tienen los pequeños cambios sostenidos frente a las transformaciones radicales?
R.- Toda. Sustituir refrescos por agua, añadir una ración de verdura al día o caminar 25 minutos parecen gestos mínimos, pero repetidos cambian la salud. Las transformaciones drásticas suelen fracasar; lo que se mantiene es lo sencillo, lo realista y lo alcanzable. Además, la motivación llega después de actuar: cuando el cerebro percibe avances, libera dopamina y refuerza el hábito.
P.- ¿Qué hábitos considera prioritarios para alguien que quiere cuidarse, pero no tiene mucho tiempo?
R.- Tres básicos: moverse cada día aunque solo sea caminar, dormir 7-8 horas y reducir ultraprocesados. No hace falta complicarse: un táper saludable, subir escaleras o apagar pantallas antes de dormir ya son un gran comienzo. Lo más difícil no es empezar, sino sostener. Por eso recomiendo premiar avances y fijarse en lo que se gana: más energía, mejor descanso, menos dolor.
P.- ¿Cómo afecta la sobreinformación en redes sociales a la forma en la que entendemos la salud hoy?
R.- Genera ruido y expectativas irreales. Los mitos se mantienen porque algunos se heredan culturalmente y otros se potencian por intereses de la industria. Hoy, además, las redes sociales viralizan dietas extremas y «superalimentos» sin evidencia. Cuando la información corre más que la formación, es fácil caer en la trampa. Por eso es clave divulgar con rigor, pero también con cercanía, para que el buen mensaje compita de tú a tú con el ruido.
P.- ¿Cree que deberíamos enseñar educación en salud desde la infancia? ¿Por dónde empezar?
R.- Sí, debería enseñarse igual que matemáticas o lengua. Y se empieza en lo cotidiano: comer variado, valorar el sueño, moverse y gestionar emociones. Las nuevas generaciones crecen rodeadas de pantallas, ultraprocesados, publicidad agresiva y referentes poco saludables. Además, cada vez se adelantan conductas tóxicas como el vapeo, el alcohol o el tabaco. Educar en salud desde pequeños es sembrar adultos con más herramientas para cuidarse.
P.- No soy perfecta… no llego
R.- La salud no es una carrera de velocidad, sino un camino de fondo. No hace falta hacerlo todo perfecto, basta con empezar con un paso realista. Pequeñas metas, alcanzables y tuyas, son las que construyen salud duradera. Una vez consolidada la primera, añade otra. Así, tras dos meses, tendrás 4-5 hábitos nuevos instalados sin saturarte.
Y para arrancar el otoño-invierno con ganas propongo a los lectores de OKSALUD cinco ‘deberes’:
- Cambia un hábito cada 10 días: empieza por uno pequeño, como por ejemplo dejar el alcohol o el refresco y cámbialo por agua.
- Actívate: inscríbete en el gimnasio, comienza clases de baile o empieza con 5.000 pasos diarios y sube poco a poco hasta donde disfrutes.
- Añade una ración más de fruta y verdura al día.
- Duerme 7-8 horas para permitir la reparación celular y el equilibrio hormonal.
- Di adiós al tabaco: mejora la salud cardiovascular y pulmonar desde el primer mes.
- Reduce ultraprocesados y deja los caprichos industriales para momentos puntuales, no más de una vez al mes.

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