La escena parecía extraída de la famosa serie Narcos: una avioneta volando bajo sobre campos de Rosario de la Frontera, vecinos alertando un rumbo irregular, un golpe seco contra una arboleda y una columna de humo que empezó a trepar. El martes pasado, cuando Gendarmería llegó al lugar, encontró la aeronave destruida y un Volkswagen Gol Trend completamente incinerado. Dentro del fuselaje había tres bolsones con 136 kilos de cocaína y, a unos metros, los restos del vehículo al que la avioneta había golpeado antes de estrellarse.
Lo que nadie esperaba es que uno de los principales involucrados apareciera por voluntad propia. A primera hora del día siguiente, Julián Darío Mansilla se presentó en la comisaría de Antillas, en la provincia de Salta, para denunciar que le habían robado su auto.

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