La temporada de verano se acerca en el calendario y los sitios de alojamiento turístico van definiendo sus tarifas, mientras recalculan costos y analizan la demanda.
Aunque el reajuste de precios respecto del verano anterior es muy variable entre unos y otros, asoma por ahora un promedio que ronda entre el 25% y el 30% de incremento, pero con amplios matices, dado que hay establecimientos que admiten que aplicarán un 35% o hasta algo más en sus tarifas y otros que privilegian ofrecer un mayor rango de competencia y están fijando subas del 15% o 20%.
Como viene ocurriendo, son los hoteles y cabañas de mayor categoría los que, en general, aplican reajustes más altos porque apuntan a un público de mayor poder de gasto, con capacidad de pago. Los demás, deben lidiar con una clase media que q

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