Redacción / Grupo Cantón

Entre cada pausa, la multitud convertía la plaza en una pista de baile improvisada al ritmo de los covers del “Divo de Juárez”

CDMX.- A las siete de la noche, el Zócalo capitalino ya estaba lleno y con el ánimo dispuesto para bailar el “Noa Noa”.

Miles de personas habían llegado desde horas antes para presenciar un fenómeno tan inusual como profundamente mexicano: el regreso de Juan Gabriel al Palacio de Bellas Artes, esta vez a través de tres pantallas gigantes instaladas frente a la Catedral y el asta bandera.

Era una proyección, sí, pero con espíritu de concierto.

Mientras caía la tarde, el tráiler de Juan Gabriel: Debo, quiero y puedo , la nueva serie de Netflix, se repetía una y otra vez en las pantallas.

Entre cada pausa, la multitud convertía la plaz

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