Según cómo le ha ido al país, se han ido turnando el discurso político y el económico como preeminentes en la conversación pública. Cuando los negocios van mal, la economía es lo que más atrae la atención de los medios. Cuando los negocios van mejor, hay tiempo suficiente para dedicarse a la política del país. Pero no son dos discursos 100 % separados.

Comentamos la dualidad porque el cónclave de empresarios y ejecutivos CADE ha venido transmitiendo la impresión de que hay una buena situación económica, que la mala conducta del poder político no ha podido afectar. ¿Es esto realmente así? Tendríamos que comenzar preguntándonos si la situación económica es realmente buena.

Para comenzar, el país no ha podido revertir el avance de la pobreza, que ha llenado muchos cerros de ollas comunes, l

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