GREGORIO LEÓN

Con su cara de buen chico, de alumno aplicado que siempre saca buenas notas en el colegio y no da un disgusto jamás a su madre, Alex de Miñaur siempre esconde intenciones malévolas. Pero hasta el momento Carlos Alcaraz ha encontrado el antídoto. En Turín no hay valles. Todo son cumbres. Todo ascensiones. Y ya en el primer partido el murciano tuvo que emplearse a fondo para derrotar al australiano. La cita ya era compleja por el enemigo, y además, por el traspié de París, que le hizo perder al joven de El Palmar el número 1 del mundo y aflorar dudas que parecían arrinconadas. Noviembre nunca ha sido un mes fácil para la joya de Murcia, y estas ATP Finals tienen para él mucho de redención.

El primer capítulo no fue lineal. El juego de Alcaraz una vez brillaba a la manera

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