El miércoles quedó escrito en la historia grande del fútbol argentino: Pamela David celebró en vivo el título de Independiente Rivadavia, el primero a nivel nacional, mientras su pareja, Daniel Vila , disfrutaba como presidente del club. Fue una noche dramática en Córdoba, con empate 2-2, dos expulsados y definición por penales que dejó a la Lepra rumbo a la Copa Libertadores 2026. El festejo cruzó la cancha, la televisión y hasta las redes, donde el clima de euforia se desbordó.

“Muy buenos días y buenas noticias. Qué maravilloso. Yo no sabía que se le pone una estrella al escudo” , arrancó la conductora, mostrando la camiseta con una sonrisa que decía todo sin decir nada. En el estudio, las imágenes de la noche inolvidable pasaban como película de gloria mendocina y desahogo puro

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