Cambiar de plaza, sede o ciudad para un equipo de fútbol se volvió tan normal en Colombia, que ya nadie protesta por una situación que también le hace modificar de manera drástica la logística a los demás clubes.

Atlético Huila, que juega los cuadrangulares del torneo de ascenso, fue el último en entrar en esa moda, aunque motivado por la seguridad que le debe garantizar a su afición, ya que hoy por hoy no es recomendable asistir al destartalado estadio Guillermo Plazas Alcid.

Cortuluá, que pasó de la Villa de Céspedes a Palmira, incluso con cambio de nombre, Internacional de Palmira, fue otro de los que echó raíces en tierra ajena, después de permanecer muchos años, desde su nacimiento, en el centro del Valle del Cauca.

Por su parte, Tigres el año pasado ensayó esta moda, saliendo de l

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