En 1958 la localidad salmantina de Valero rozaba los 700 habitantes. Jesús Sánchez era el maestro, pero desde su aula no solo instruyó a los niños del municipio, logró una revolución económica para la zona que hoy en día sirve como complemento importante para las familias de la localidad serrana y también para muchas de la comarca de la Sierra de Francia y de Las Hurdes , sin olvidar las provincias de Huelva y Málaga. Tenía tres pasiones: la apicultura, la enseñanza y el hambre por aprender. Las combinó para crear un nuevo mercado productivo hasta entonces inexistente en España: la recolección de polen con el cazapolen como elemento clave en esta historia. La Real Academia Española aún no ha incluido la palabra, aunque no cabe duda de que debería introducirla como salmantinismo. To

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