La victoria de Javier Milei --tanto en 2023 como en las recientes elecciones de medio término-- no puede ser comprendida con las categorías políticas tradicionales. La razón hoy se constata de manera contundente: la realidad de la calle, más allá de los análisis de laboratorio, indica que la mayoría social no llega a fin de mes, vive angustiada y está profundamente descontenta con la gestión de gobierno.

De ahí se desprende que el resultado electoral reciente de La Libertad Avanza no se debió a la mera adhesión programática o de intereses económicos. Nuestra hipótesis central es que la revolución cibernética ha erosionado las viejas categorías y alterado el paradigma: el voto de elección de representantes ya no refleja necesariamente una coincidencia de valores o ideología. Esta victoria

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