Ambos hechos, con tan pocas horas de diferencia, encendieron las alarmas y volvieron a poner la violencia de género en la agenda periodística. Sin embargo —como es sabido— estos son los peores desenlaces de situaciones que padecen a diario cientos de mujeres.

Ellas, como muchas otras, posiblemente recorrieron pasillos de comisarías y juzgados para pedir medidas de distancia y solicitar botones antipánico ante el miedo de que les ocurra lo peor. En el caso de ambas, había denuncias previas por violencia, pero ninguna contaba con medidas de alerta.

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¿Quién y cómo se decide cuándo es necesaria una medidas de alerta? ¿Es suficiente para evitar lo peor?

Números que hablan p

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