El martes de la semana pasada se realizaron en Estados Unidos las primeras elecciones desde que el Presidente Donald Trump asumió su segundo periodo en la Casa Blanca. Los comicios eran visto como una suerte de referéndum sobre el mandatario, en momentos en que éste atraviesa una caída de su popularidad, llegando a un 39% de apoyo, uno de los registros más bajo de un gobernante de ese país en su primer año. En la jornada, además de los gobernadores de Virginia y Nueva Jersey, se votaba para elegir a un miembro de la Corte Suprema en Pensilvania y a los alcaldes de más de 5.000 localidades del país, donde Nueva York concentraba la atención. A ello se agregaba una consulta clave en California sobre la propuesta del gobernador demócrata Gavin Newsom para realizar un redistritaje del estado en

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