El pequeño Mateo , que de pequeño nunca tuvo nada porque ya de chico siempre le llevó varios centímetros al resto de sus amigos del barrio Tiro Suizo , en el sur de Rosario, no era precisamente un chico tranquilo. Andaba con la pelota para todos lados. Y no lo frenó la primera lesión que tuvo en su vida a los 7 años, cuando se esguinzó fue un tobillo. Eso no lo separó de su fiel amiga redonda de cuero. Y como ya no podía patear con la derecha, su pierna hábil, comenzó a usar la izquierda.

Por eso, los que lo conocen desde sus primeros pasos en el club Rosario Juniors o en Alianza Sport no se sorprendieron al ver que en la goleada que la Selección Sub 17 le dio a Fiji por 7 a 0 en el cierre de la fase de grupos del Mundial de Qatar, Mateo Martínez hizo dos goles, uno con cada pie

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