Carlos Alcaraz ha comenzado con fuerza su andadura en las ATP Finals 2025 , y lo ha hecho con una novedosa arma táctica que podría marcar diferencias en el tramo decisivo del año: su revés . El murciano, que debutaba en el torneo con victoria ante Alex de Miñaur (7-6, 6-2), no solo sumó un valioso triunfo, sino que exhibió un notable crecimiento en un aspecto del juego que venía trabajando con especial atención: el golpe por el lado izquierdo.
En un duelo de alto ritmo y precisión, el número uno del mundo conectó 11 golpes ganadores de revés , una cifra que duplicó los registros de su último partido en pista dura cubierta, el que perdió ante Cameron Norrie en París-Bercy. Allí, solo logró seis winners por ese lado en tres sets. En Turín, Alcaraz rompió con sus propios límites : logró combinar tanto el revés cruzado como el paralelo , alcanzando una media de 108 km/h en la velocidad de ejecución , un detalle técnico nada menor.
«Con el revés hemos puesto mucho hincapié en los entrenamientos, es un golpe muy importante», explicó Carlitos tras el partido.
«No hay mejor feeling que cuando los planes salen bien» , añadió con una sonrisa de satisfacción.
Y es que ese revés tan trabajado no ha surgido por arte de magia. Junto a Juan Carlos Ferrero y Samuel López , sus dos entrenadores —presentes ambos en Turín—, el joven de El Palmar ha estado afinando un tiro que puede ser clave para consolidar su dominio en la élite del tenis . Cuatro ojos, dicen, ven más que dos. Y con ese respaldo técnico, el pupilo de dos maestros del circuito ha elevado su rendimiento en el momento exacto.
Su actuación ante De Miñaur fue sólida, agresiva y, por momentos, arrolladora . En el primer set, Alcaraz logró imponerse en el tiebreak, y en el segundo aceleró el ritmo para cerrarlo con autoridad. El balance total de 32 ganadores por 28 errores no forzados refleja su estilo: tenis de riesgo, directo, con el objetivo siempre de tomar la iniciativa.
Otro dato revelador: mientras su derecha continúa siendo su sello —el golpe con el que genera más daño—, el revés ya no es solo una herramienta de contención . Ahora es un arma ofensiva que puede descolocar al rival, cambiar el ritmo y generar oportunidades de ruptura. En un torneo como las Finals, donde cada rival es de élite y cada detalle cuenta, este cambio puede ser determinante.
El propio jugador lo reconoció en la entrevista postpartido :
«En París intenté usar esos cambios pero no salió… ahora, por fin, ha funcionado» .
Turín supone la última gran cita del año y Alcaraz llega con el objetivo claro: ganar el título de maestro y cerrar la temporada en la cima. Su confianza está en auge, y sus herramientas, más afiladas que nunca.
Con esta victoria, Carlitos rompe una barrera importante: su primera victoria en unas ATP Finals , tras el debut sin suerte en la edición anterior. Además, este triunfo le permite recuperar el número uno mundial , al menos provisionalmente. En una competición con tanto peso simbólico y técnico, ese tipo de logros no son simples estadísticas: son señales de madurez y evolución.
Y no está solo. La presencia de Ferrero y López en su banquillo no es casual. Ambos lo han acompañado en grandes escenarios este año, como Barcelona, Roland Garros y Wimbledon , donde alcanzó la final en todos ellos. En Turín, la historia puede repetirse. El entorno de Alcaraz confía plenamente en que este puede ser su torneo .
Al margen de la pista, el propio Carlos dejó entrever que, aunque respeta a todos sus rivales , tiene claro a quién preferiría evitar:
«No voy a mentir, prefiero a Musetti antes que a Djokovic; me mató en la semifinal de 2023» , confesó hace unos días.
Una declaración honesta que refleja el nivel de exigencia de un torneo reservado solo a los mejores.
Con su nueva arma afinada, su confianza recuperada y el respaldo de un equipo técnico experimentado, Carlos Alcaraz afronta las ATP Finals con el hambre de un joven campeón y las herramientas de un jugador que ya no es promesa, sino realidad consagrada del tenis mundial .

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